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POESIAS - DAVID BIRENBAUM

 

                           

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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David Birenbaum nació en Montevideo en 1964. Vivió en corrientes hasta 1986 y desde entonces reside en Buenos Aires.

Publicó las plaquetas "Freudianas y otros poemas" (1993) y "Zavaleta el del eclipse" (1994). Su última plaqueta es "Puré de séclipe y teyoca" (1995).

Lo que transcribimos aquí pertenece a la tercer parte de su "Clase turista".

 {III}

 

{III}

Zavaleta el del eclipse

Zavaleta el del eclipse

ha descubierto que el fascismo es fascinante.

No soportaría esa prenda sobre su cuerpo

pero la visión de un hombre o una mujer

portando el emblema de la certeza,

el orden o la sangre del cuchillo

lo calientan más que las piernas abiertas de Mariel

Zavaleta riega la vereda entre siete y siete y veinte;

la gente que pasa a esa hora molesta terriblemente

porque obliga a cortar el chorrito.

Siete y media el patrullero pasa despacio.

Zavaleta sonríe de verdad.

Él está convencido: los muchachos de azul lo quieren

y a la noche suele pensar "si no fuera por la pierna".

Zavaleta, portero del tres veintiocho,

siempre cogió con putas

y a su mujer por la fuerza;

ahora se queja de vista cansada

y confiesa sentirse muy poca cosa.

Ignora que forma parte

del poderosísimo lastre humano

reparte por todo el baldío

trozos de bofe envenenado.

 

 

Zavaleta emprendería una fuerte actividad comercial

Un garage reciclado.

Un tubo fluorescente

renegrido y zumbón.

Una lista de precios

Afuera hace treinta años

el mismo letrero de neón:

LOS MI L SÁNDWICH

Nunca ofreció más de veinte variedades,

incluidos "sus afamados triples

que hacen las delicias del barrio".

Los Mil Sándwich ayer anunció

el lanzamiento de sus TORTAS ALEMANAS

y mesitas en la vereda de 19 a 24.

Fumando a la entrada de la sandwichería

Zavaleta espera a los que salen de misa.

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Zavaleta astronauta

Zavaleta acomodó la nave

en la órbita programada,

se preparó para batir el record

de permanencia en el espacio.

Pero la visión del planeta lo dejó seco.

Ni siquiera en dibujos animados

Había visto algo tan evidente

Y a la vez descabellado:

América del norte

cabeza abajo

y arriba, el polo sur.

"¿Seré yo el que está patas para arriba?"

Hizo dar la nave una vuelta de campana.

Ingrávido sentía el regreso del orden.

"Somos seres de costumbre –sentenció-

en los aniversarios

animalitos acongojados o felices,

amantes de los números redondos

y los múltiplos de diez."

Más relajado, se comunicó con Houston.

 

Palabras de Su Excremencia

El Señor Presidente de la Nación

Doctor Domingo Zavaleta

Compatriotas

¿Quieren saber como llegué

de dentista a presidente?

Estafando a los pacientes.

Arranqué muelas sin necesidad,

a los dientes de leche

nunca di importancia.

Ahorré en todo lo que pude:

anestesia, SOLOCALM

y el pedaleo innecesario del sillón.

Lo que no ahorre fueron palabras.

Ellas reemplazaron la anestesia

y también boleaban a la gente.

Así es más fácil sacarle plata.

Pero no he venido hasta aquí

para hablar de métodos de engaño,

artilugios, malabares, trucos baratos.

En síntesis, no he venido a engañarlos

Entonces, ¿para que estamos aquí?

Estamos para que ustedes me engañen.

Para que aplaudan mis pavadas.

Los aplausos volverán en obras

que realizaré henchido

de vuestro estímulo sagrado.

¿Cuáles obras para el año próximo?

¡Qué importa cuáles obras!

Lo que importa

son mis pavadas y sus aplausos.

Mis aplausos y sus pavadas.

Pavadas y aplausos sin fin

creciendo hasta hermanarnos todos juntos

en la construcción de nuestra gran casa

¡La República Argentina!

¡¡¡Hermanos, unamos todos nuestras manos

y cantemos juntos la canción patria!!!

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Zavaleta asiste impotente a los cambios

Zavaleta asiste impotente

A los cambios de su hijo Martín.

Encuentra en un cajón de madera barata

La canción que el píbe rockero

Olvidó en alguna de las tantas mudanzas.

"I gonna live in Planet Teatro"

Ya me fui del laburo

no tengo para el alquiler

Sólo como pan duro

Pero no me importa porque yo

voy a vivir en el Planeta Teatro.

Y no tuve más laburo

Y viví sin pagar alquiler

Y comía solo pan duro

Y bajo ese peso tan grande

el Planeta Teatro estalló.

Zavaleta cierra el cajón del escritorio

Cierra la puerta de la oscura habitación.

Viaja lentamente en un automóvil blanco

al entierro de su hijo, suicidado ayer.

 

 

Domingos

Los domingos siempre me aburrieron

El plan de la barra era

dar vueltas en el FIAT 600

hasta agotar la nafta o el entusiasmo.

Detestaba a los hombres llamados Domingo:

Sarmiento, Perón, Zavaleta,

El sacamuelas de la avenida Maipú.

Estaba solo.

Entonces me casé y desafié

a los domingos

¡A todos juntos les hice frente!

Pasó el tiempo.

Pasaron los amigos (la barra, el club, etc.).

Quedó la depresión de los domingos.

Comprendí a los hombres

Que se emborrachan el sábado

Y despiertan el lunes.

Estábamos solos. Ella y yo.

Llegaron los hijos

crecieron y se fueron

un día domingo.

Terminó esta confesión

Antes de que sean las doce:

mi lapicera se transforma

en una botella y el papel

en la pantalla del televisor.

Monseñor Domingo desciende

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